NEHEMÍAS Esp l2

Lección 2: Para el 12 de octubre de 2019

 NEHEMÍAS

 Sábado 5 de octubre 

 LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Nehemías 1–2; Deuteronomio 7:9; Salmo 23:1–6; Números 23:19.

 PARA MEMORIZAR:

 “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos” (Neh. 1:4, 5).

 De momento, dos grupos de cautivos regresaron a Judá en cumplimiento al menos parcial de las promesas de Dios a la nación hebrea.

 Pero había un grupo más de exiliados que Dios estaba preparando. El último grupo de cautivos se encargó de solucionar un problema. Aunque los dos primeros grupos regresaron para reconstruir Jerusalén y completar parte de ese proyecto al terminar el Templo, el resto de la construcción quedó abandonada cuando surgió oposición de las naciones vecinas. Los pueblos de los alrededores no querían que los israelitas construyeran la ciudad y sus muros porque temían que los israelitas pudieran convertirse en una nación poderosa, como lo habían sido antes (Esd. 4:6–24). Por lo tanto, el regreso de los israelitas parecía ser una amenaza, que estaban empeñados en detener. Pero Dios no llamó a su pueblo para abandonarlo en el proceso de hacer lo que él lo había llamado a hacer.

 Por lo tanto, estaba preparando a otro hombre para llevar a cabo su voluntad y para cumplir sus propósitos. Su nombre era Nehemías, y en él y en su obra para el Señor nos centraremos.

 Domingo 6 de octubre | Lección 2

 NEHEMÍAS RECIBE MALAS NOTICIAS

 El libro de Nehemías se inicia casi de la misma manera que el libro de Daniel (lee Dan. 1:1, 2), y es con malas noticias. Sí, muchos habían regresado a su patria ancestral, pero las cosas no les iban muy bien allí.

 Lee Nehemías 1:1 al 4. ¿Por qué estaba tan preocupado Nehemías? ¿Cuál fue su respuesta a las malas noticias que recibió?

 Algunos judíos capturados años antes fueron llevados a Susa, uno de los cuatro centros administrativos del Imperio Persa, donde Nehemías trabajaba en el palacio real como copero. El término usado para “Hanani, uno de mis hermanos” probablemente se refiera a un hermano de sangre, porque hay una referencia similar pero más familiar a Hanani en Nehemías 7:2, aunque podría ser una referencia a un compatriota israelita. La conversación con Hanani probablemente ocurrió entre mediados de noviembre y mediados de diciembre de 445 a.C., unos trece años después del regreso de Esdras a Jerusalén. Hanani informó que la situación en Jerusalén era grave. El pueblo no había podido reconstruir Jerusalén, y el enemigo destruyó los muros de la ciudad, dejándola indefensa y desolada.

 Nehemías había escuchado rumores de que los samaritanos destruyeron los muros de la ciudad, pero no tenía respuestas definitivas hasta este momento. En consecuencia, el mismo rey Artajerjes aplastó las esperanzas de los repatriados al detener el progreso de la construcción después de que la gente del otro lado del río se quejara (Esd. 4).

 A pesar de que el Templo fue reconstruido, no estaba funcionando en forma plena porque la gente necesaria para el servicio del Templo no podía vivir en Jerusalén. La situación entristeció a Nehemías cuando las repercusiones de las noticias penetraron en su alma: los judíos no habían glorificado a Dios aun cuando habían regresado con ese propósito. Habían descuidado la casa de Dios y la Ciudad Santa, debido a su temor al enemigo y la opresión.

 Por ende, Nehemías acudió automáticamente a Dios. Él no se quejó por la falta de fe del pueblo de Judá ni lo criticó como cobarde, ni aceptó la situación como un statu quo. Nehemías simplemente se arrodilló y comenzó a orar y ayunar.

 Ante estas malas noticias, Nehemías lloró, ayunó y oró. ¿Qué debería decirnos esto, especialmente en tiempos de prueba, sobre cómo debemos recurrir al Señor?

 Lección 2 | Lunes 7 de octubre

 LA ORACIÓN DE NEHEMÍAS

 Lee la oración de Nehemías que se encuentra en Nehemías 1:5 al 11. ¿Cuáles son los diferentes componentes de la oración? ¿Por qué en la oración él mismo se incluye entre los culpables?

 1. Dios, eres grande y misericordioso (Neh. 1:5).

 2. Escúchame (Neh. 1:6).

 3. Confesión de pecados (Neh. 1:6, 7).

 4. Recuerda tus promesas (Neh. 1:8, 9).

 3. Nos has redimido (Neh. 1:10).

 2. Escúchame (Neh. 1:11).

 1. Dios conceda prosperidad y misericordia (Neh. 1:11).

 La oración de Nehemías es una bella composición que narra la grandeza de Dios, la pecaminosidad del pueblo, y concluye con un clamor de ayuda. La oración se asemeja a la oración de Daniel en Daniel 9, y es posible que Nehemías estuviese familiarizado con esa oración. Cabe destacar que Nehemías no comienza con un grito de ayuda, sino que primero declara la verdad acerca de quién es Dios, grande y temible. También recalca que Dios cumple con su pacto y tiene misericordia de los que lo aman, como si le recordara a Dios que siempre ha sido fiel y que ahora no puede ser de otra manera.

 La oración tiene una estructura especial (representada arriba) que se centra en el versículo 8, donde Nehemías articula las promesas de Dios. Nehemías dice: “¡Recuerda!” En otras palabras: Recuerda, Dios, que prometiste que nos dispersarás cuando seamos infieles, pero que también prometiste traernos de vuelta y restaurar todo. Dado que lo primero ya ocurrió, ahora es el momento de cumplir con el resto, porque estamos volviendo a ti. Nehemías no temió reclamar las promesas de Dios y recordárselas. Por supuesto, no es que Dios no conozca ni recuerde sus promesas. Dios se complace en nuestra disposición a reclamar sus promesas. Él quiere que creamos en ellas y que se las expresemos en voz alta. Al verbalizar lo que Dios nos prometió, nos fortalecemos en nuestra determinación de confiar en esas promesas, especialmente en momentos en que todo parece desalentador.

 ¿Cuáles son algunas de las promesas de Dios que puedes reclamar ahora mismo? ¿Por qué es importante no renunciar nunca a reclamar esas promesas? (Al fin y al cabo, si nos rendimos, ¿qué nos queda?)

 Martes 8 de octubre | Lección 2

 NEHEMÍAS SE EXPRESA

 Nehemías 1:11 dice que Nehemías era el copero del rey. Esto nos puede parecer un trabajo sin importancia, pero los coperos podían ser hombres de poderosa influencia, ya que tenían un acceso constante y cercano al rey. Los coperos probaban bebidas para el rey con el fin de prevenir enfermedades o la muerte del rey. Herodoto señala que los persas tenían en alta estima a los coperos, ya que eran considerados altos funcionarios. Por ejemplo, el copero del rey asirio, Asaradón, también era el principal ministro del reino. Por lo tanto, Nehemías ocupaba un alto cargo en el reino y, debido a su acceso al rey, le suplicó a Dios que lo utilizara para hablar al rey sobre la situación de Judá.

 Lee Nehemías 2:1 al 8. ¿Qué sucedió como resultado de las oraciones y el ayuno de Nehemías?

 La oración fue respondida en el mes de Nisán, que es aproximadamente el mes de abril de 444 a.C. Habían pasado cuatro meses desde que Hanani y los judíos le trajeron inquietantes noticias sobre Jerusalén a Nehemías. Durante cuatro meses, Nehemías oró y ayunó, y todos los días podría haberle parecido que Dios no estaba respondiendo. Pero los tiempos de Dios son siempre perfectos. Dios preparó al rey para escuchar a Nehemías y responder favorablemente.

 No era un hecho cotidiano que el copero fuera relevado de sus deberes por un tiempo para ser gobernador en una tierra diferente. Dios habló a través de Nehemías e impresionó al rey persa, Artajerjes I, para que Nehemías fuera gobernador del territorio de Judá. La mención de la reina sugiere que posiblemente era una ocasión privada, ya que no era costumbre que la reina estuviera siempre presente para los banquetes formales. Nehemías no mencionó a Jerusalén de inmediato, para evitar que el rey tuviera ideas preconcebidas, sino que hizo un llamado emocional al rey sobre algo personal para él. Para cuando mencionó el lugar específico, el rey había sido conquistado.

 ¿En qué medida podemos ver un paralelismo entre la función de Nehemías en esta corte y la de Daniel en Babilonia? ¿Qué dice esto sobre el carácter de Nehemías para que el rey esté tan positivamente dispuesto?

 Lección 2 | Miércoles 9 de octubre

 NEHEMÍAS ES ENVIADO

 El rey envió cartas con Nehemías a Sanbalat el horonita y a Tobías el amonita, los altos funcionarios de la región que estaba más allá del río, a fin de allanar el camino para lo que Nehemías debía llevar a cabo. Además, el rey le ordenó a Asaf, el guarda del bosque del rey, que le proporcionara a Nehemías toda la madera necesaria para reconstruir la ciudad, las paredes y las puertas del Templo.

 Lee Nehemías 2:9 y 10. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la oposición que enfrentarían Nehemías y los judíos en general?

 Nehemías llegó a Jerusalén alrededor de los años 445/444 a.C. La oposición pareció surgir incluso antes de que Nehemías intentara cualquier medida, ya que la solicitud entregada a los gobernadores suscitó problemas. Aunque Tobías es un nombre judío, que significa “el Señor es bueno” (su hijo Johanán también llevaba un nombre judío, “el Señor es misericordioso”), se desempeñaba como gobernador de Amón. Por ende, Jerusalén estaba rodeada de enemigos: Sanbalat, el gobernador de Samaria al norte; Tobías, el gobernador de Amón al este; y Gesem el árabe (Neh. 2:18, 19) al sur, que se apoderó de Edom y Moab. Es lamentable que los líderes de esa región rechazaran a Nehemías por preocuparse por el “bienestar” de los oprimidos. Los pendencieros no se regocijan con la buena suerte de aquellos a quienes ellos intimidan.

 Sin embargo, la llegada de Nehemías “a Jerusalén con una escolta militar, al revelar que venía en alguna misión importante, excitó los celos de las tribus paganas que vivían cerca de la ciudad y que con frecuencia habían manifestado su enemistad contra los judíos, a los que colmaban de insultos y vituperios. En esta mala obra se destacaban ciertos jefes de dichas tribus: Sanbalat el horonita, Tobías el amonita y Gesem el árabe. Desde el principio esos caudillos observaron con ojos críticos los movimientos de Nehemías, y por todos los medios a su alcance procuraron estorbar sus planes y su obra” (PR 469).

 ¿Qué otras historias bíblicas puedes encontrar que muestren que quienes fueron llamados por Dios para hacer su voluntad enfrentaron oposición? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.

 Jueves 10 de octubre | Lección 2

 NEHEMÍAS SE PREPARA PARA SU TAREA

 Sin lugar a dudas, el Señor había llamado a Nehemías para esta tarea y le brindaría todo lo necesario. Armado con el conocimiento de las promesas de Dios y la certeza del llamado de Dios, Nehemías procedió. Pero avanzó con cuidado y oración. En otras palabras, aunque sabía que Dios estaba con él, este conocimiento no le impedía, básicamente, pensar en lo que haría.

 Lee Nehemías 2:11 al 20. ¿Qué hizo Nehemías con el fin de prepararse para el proyecto de reconstrucción del muro?

 Lecciones de liderazgo: Lección 1: Nehemías no le dijo a nadie cuáles eran los planes que “Dios había puesto en mi corazón que hiciese en Jerusalén” (Neh. 2:12). No solo no le dijo al enemigo, sino además se los ocultó a los líderes judíos. Él estaba en una misión de exploración para averiguar qué se necesitaba hacer. Lección 2: Antes de presentar algo, Nehemías hizo su tarea y planificó todo el trabajo que se requeriría. Lección 3: Cuando finalmente mencionó la tarea, Nehemías primero describió lo que Dios había hecho hasta ese momento para dirigir esta expedición, y luego agregó las palabras del rey. Incentivó antes de pedir compromiso. No es ni más ni menos que un milagro que los judíos respondieran tan favorablemente y decidieran construir, a pesar de la resistencia que les esperaba. Dios había preparado no solo al rey a través de las oraciones y el ayuno de Nehemías, sino también al pueblo judío, para que respondiera con audacia y valentía.

 Lee Nehemías 2:19 y 20. ¿Qué nos dicen estos versículos sobre la fe de Nehemías? ¿Cuánto podrían haber ayudado a Nehemías textos como Deuteronomio 7:9, Salmo 23:1 al 6 y Números 23:19?

 Nuestras conversaciones demuestran quiénes somos y lo que realmente creemos. Nehemías tendía a decir palabras edificantes. No temió incluir a Dios en todo lo que decía; y también lo glorificó, incluso cuando el pueblo se burló y se rio de él. A pesar de que Nehemías conocía el desprecio que sentían los enemigos hacia ellos, no escatimó palabras ni dejó a Dios fuera de la conversación. Al igual que José en Egipto muchos años antes, Nehemías no temió promocionar a su Dios entre quienes no creían en él.

 Lección 2 | Viernes 11 de octubre

 PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

 Lee Elena de White, Profetas y reyes, “Un hombre oportuno”, pp. 464-468.

 Nehemías era un hombre de oración: “Con frecuencia había derramado Nehemías su alma en favor de su pueblo. Pero, mientras oraba esta vez, se formó un propósito santo en su mente. Resolvió que, si lograba el consentimiento del rey y la ayuda necesaria para conseguir herramientas y material, emprendería él mismo la tarea de reedificar las murallas de Jerusalén y de restaurar la fuerza nacional de Israel. Pidió al Señor que le hiciese obtener el favor del rey, con el fin de poder cumplir ese plan. Suplicó: ‘Concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Durante cuatro meses Nehemías aguardó una oportunidad favorable para presentar su petición al rey’” (PR 465).

 PREGUNTAS PARA DIALOGAR: 

 1. En respuesta a la pregunta del miércoles, ¿qué significa que en toda la Biblia (tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento) quienes fueron llamados por Dios enfrentaron una oposición tremenda? De hecho, ¿qué significa que en casi todos los casos hayan enfrentado oposición? Quizás una mejor pregunta podría ser: ¿Qué ejemplos puedes encontrar de alguien llamado por Dios para hacer su voluntad que no haya enfrentado oposición? ¿Qué nos transmite esto para que no nos desanimemos cuando, incluso al hacer la voluntad de Dios, enfrentemos fuertes obstáculos para lograr lo que creemos que el Señor nos ha llamado a hacer?

 2. Lee Nehemías 2:18. ¿Qué nos dice esto sobre el poder que puede tener un testimonio personal y cuán importante fue la respuesta positiva que Nehemías obtuvo de sus compatriotas judíos?

 3. Ni Esdras ni Nehemías podrían haber logrado nada sin la ayuda del rey. En otras palabras, estos hombres de Dios trabajaron en cooperación con las autoridades políticas, que además eran paganas. ¿Qué lección podemos extraer de esto acerca de cuándo y cómo, como iglesia, podemos trabajar con los poderes políticos, cualesquiera que sean? Al mismo tiempo,¿por qué la iglesia debe ser muy cuidadosa en esto?

 4. Repasa la oración de Nehemías (Neh. 1:1–11) en clase. ¿Qué puedes extraer de ella que te ayude a profundizar tu relación con Dios? ¿Qué enseña acerca de la entrega, la confesión, y de reclamar las promesas?

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